lunes, 22 de junio de 2009

Capítulo I: La boda.

Libro dedicado a:

CHIMEL, quien como ya le he dicho la considero mi mentora. Ella me ayuda en todo lo que puede en cuanto a mi narración y en cuanto a lo que pasa en mi vida. Es mi escritora favorita y es de esas personas que suelen convertir la arena en oro. Además de ser una excelente amiga... ¡te adoro Chimel!

A mi mamá, persona que me ayuda día a día con todos mis problemas y quien sabe resolverlos. Ella me insipiró la pasión por la lectura y por la escritura. ¡Te amo!

Y a todas las personas que alguna vez me leyeron, ya sea en mis fics o en algunos poemas. Ya saben lo importantes que son, las adoro, siempre apoyándome y animándome. ¡Gracias! ¡Las quiero muchísimo!


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Los invitados sonreían. Mentiría si dijese que nadie lo hacía, puesto que todos lucían en sus altivos rostros aquella mueca de felicidad que sólo era digna de días festivos.

Estaban divididos en dos grupos, el de la derecha; Los familiares de la novia y el de la izquierda; Los familiares del novio. No se podría decir a ciencia cierta quién tenía más invitados, dado que ambos lados se encontraban repletos de la elite del estado de Seattle. Podía notar que los invitados vestían atuendos de los mejores diseñadores y lucia las joyas más brillantes y escandalosas que hubiera visto en mi vida.

La marcha nupcial cortó abruptamente el cuchicheo de los invitados, logrando que éstos se sobresaltaran. Miraron hacia atrás quedando boquiabiertos: Una chica de estatura mediana y cabellos rubios se alzaba majestuosa e inmaculada ante sus ojos. La música se volvió un poco más fuerte. La novia levantó la vista dirigiéndola hacia el frente esquivando los ojos cafés de su marido. No deseaba mirarlo, de hecho, no deseaba estar en ese lugar, mas se mostró indiferente y decidida.

Si se encontraba en aquél sitio era porque su madre le imploró que lo hiciese. ¡Qué estúpida! Pensó contrariada. Unas enormes ganas de salir corriendo la invadieron repentinamente. Se podía decir que estaba siendo absolutamente manipulada, lo cual era cierto, pero ella no se atrevía a aceptarlo.

Nadie la acompañaba en su corto trayecto hacia una muerte en vida, nadie le decía: “¡Detente y sálvate!” Su hermano mayor se negaba a entregarla, alegando que aquello era una completa locura. Ella lo aceptó porque él tenía razón, pero la diferencia era que el chico era más valiente y solía llevarse más el mundo por delante, mientras que la rubia solía ser sumisa y retraída.

Sus pies la llevaban por inercia. En su rostro se había dibujado una perfecta sonrisa falsa, la cual resaltaba sus hermosas facciones: Su cabello rubio se encontraba suelto y perfectamente rizado, su rostro parecía de porcelana moldeada por los mismos dioses mientras que sus ojos miel denotaban una tristeza agonizante que no combinaba en absoluto con nada de lo que traía puesto.

El vestido era de seda, largo siendo arriba de forma de corazón terminando con una pequeña cola que arrastraba en la alfombra roja que adornaba su andar.

Llegó junto a su esposo quien la esperaba algo impaciente. La miró cínicamente para luego desviar su rostro hacia el cura que se encontraba frente a ellos.

El ministro tosió acaparando la atención tanto de los presentes como de los novios.

-Estamos aquí para reunir en sagrado matrimonio a Lilian Montsuri y a Ben Sparklesly… -la rubia dejó de escuchar luego de que pronunciasen el nombre de quien sería su marido en cuestión de minutos.

Dejó su mente flotar libre sobre los recuerdos de amores pasados, Jamás había estado con otro hombre, jamás se había enamorado y mucho menos había hecho el amor; Era pura y casta en todos los aspectos, por más que siempre había querido explorar a fondo aquello que todos llamaban… “amor.”

Nunca sintió lo que sus amigas contaban: piel de gallina, manos sudorosas, tartamudeo y muchos menos había experimentado las tan famosas “mariposas en el estómago”, siempre alegó que aquello era una estupidez.

El hombre que frente a ella estaba lejos de hacerla sentir algo parecido; la trataba con indiferencia y sólo se casaba con ella por interés. Lilian se encontraba en aquellos momentos contrayendo matrimonio con esa lacra sólo porque su madre había insistido.

Ella recordaba con exactitud las palabras que su madre había profesado:


Una mujer parecida a su hija con los ojos verdes, su estatura era mediana y un gesto en su rostro que demostraba histeria.

-Cásate con él –rogó hacía seis meses -. Cásate con él y yo seré feliz –se excusó.

-No quiero casarme con él –expresó con lágrimas su hija del medio -, no quiero casarme con alguien que me ve de esa manera… -una lágrima cayó escurridizamente por su pálida y cremosa mejilla. Su madre alargó su fina mano llena de anillos de oro y limpió el rastro del llanto de Lilian.

-Con el tiempo aprenderán a amarse… -le aseguró la mujer que poseía su mismo color de cabello y el mismo tipo de piel, sólo que la de su hija era más compacta a causa de la edad –No me defraudes como tu hermano –agregó molesta.

-Sabes que no poseo el coraje de Chad –zanjó la chica, harta del tema -. Además –continuó – soy demasiado joven para contraer matrimonio.

La mujer negó con un movimiento de su cabeza. –Estás estupendamente para esto –contestó molesta su madre. -. No hablaremos más de esto –dio por finalizado el tema.La rubia rechinó sus dientes y su mirada se volvió amenazadora.

–Te odio… -masculló, aunque su madre pudo oírlo…


-Lilian –se sobresaltó al escuchar su nombre -, ¿aceptas por esposo a Ben Sparklesly, prometiendo amarlo y respetarlo, en la salud y la enfermad hasta que la muerte los separe? –"¿Amarlo y respetarlo? ¿Cuidarlo en la salud y la enfermedad? ¿Hasta que la muerte nos separe?" Pensó espantada.

¿Acaso podría amarlo? Tal vez respetarlo fuese un poco más sencillo, pero amarlo era un tema aparte. ¿Cuidarlo? Ni hablar. Desvió sus ojos hacia el padre quien la miraba expectante para luego pasarlos hacia el castaño que se encontraba igual que el cura, sólo que aún seguía su mueca cínica plasmada en su perfecto rostro.

-Sí, acepto –aquellas palabras quemaron la garganta de la chica y lograron que se mareara un poco.

-Yo los declaro marido y mujer –las lágrimas salieron expulsadas de sus ojos color miel como si fuesen misiles. Bañaron su rostro con furia, pero sólo ellos sabían lo que significaba para la rubia: su infierno personal había comenzado. -. Ahora puede besar a la novia –anunció el cura.

Ben se acercó lentamente hacia ella y tomó su cara fina entre sus manos. Se aproximó a la boca de la chica, la cual era carnosa y roja como una cereza. Posó sus finos labios sonrosados y los apretó con los de la chica. Era el primer y único beso que se habían dado y fue más frío de lo que ambos esperaron alguna vez.

A sus espaldas los invitados vitorearon y aplaudieron incansablemente a la pareja, la cual seguía unida en ese frívolo y efímero beso. Al separarse por sus ojos pasó el odio y la repugnancia, mas nadie se daba cuenta de aquél hecho.

Él tomó su mano y la incitó a caminar por el pasillo por el cual ella había pasado anteriormente. Ella se aferró a su ahora marido sólo porque temía caerse en cualquier momento, la conmoción la tenía estresada, sentía que de un momento para otro podría desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos.

A medida de que avanzaban por el estrecho y largo pasillo los espectadores lanzaron burbujas de jabón, arroz y papel picado. Todos se veían felices… bueno, todos menos ellos.

-¡Lily! –gritó una voz conocida a sus espaldas. La rubia volteó y se encontró con los ojos verdes de su madre, los cuales la miraban felices y contentos. -¡Los felicito! –exclamó dirigiéndose a ambos. La chica percibió la felicidad de su madre aunque no se sintió contagiada por ella.

-Gracias, señora Montsuri –agradeció el castaño contestando antes que su mujer -. Le agradecemos todo lo que ha hecho por nosotros… -en su rostro se dibujó una pícara sonrisa y besó la mano de su ahora suegra, provocando que la mujer se enrojeciese.

-Gracias mamá –susurró ella aunque la mujer pudo escucharla.

La chica levantó sus jóvenes ojos para encontrarse con los maduros de su madre, quienes la miraban algo suplicante.-Los dejo solos –se disculpó. “¡Cómo si yo quisiese estar sola con este imbécil!” Pensó ella con enfado.

Ambos la miraron retirarse. La novia quiso escapar pero sintió una mano en su vientre reteniéndola. -¿Adónde vas? –preguntó el castaño en su oído, logrando que ella se estremeciese. Besó su cuello cortamente y ella restregó el lugar donde había posado sus labios, limpiándose el beso. Él la miró con odio.

-Déjame, por favor –suplicó Lilian en susurros.

Ben negó con un movimiento de su cabeza.-Eres mía –le recordó -… eternamente mía.

Ella agachó su cabeza mas él posó uno de sus dedos en la barbilla de la chica, obligándola así a que lo mirase.

-Te odio –dijo la rubia fuerte y claro.

Él le sonrió. –Gracias –murmuró -. Veo que en algo estamos de acuerdo.

-¿Por qué no me dejas ir? –ella había cerrado sus ojos y un par de lágrimas se escurrieron por su gruesas y tupidas pestañas. Sintió que uno de los fríos dedos que le pertenecían a su esposo limpiaba su llanto.

-Porque ambos estamos atados, Lily –ella estaba acostumbrada a que él la tratase por el diminutivo de su nombre.

-Dame el divorcio –le rogó en su oído -. Dame el divorcio -repitió -y te juro que jamás volverás a saber de mí… ¡dámelo por favor! –se aferró al traje de su esposo con fuerza y lloró en su pecho.

Él acarició su cabello con aprehensión y bufó.-Ojalá fuese tan fácil…-susurró.

Sólo lo escuchó el viento.

10 comentarios:

  1. oh mi querida y talentosa lluvia,
    me gusto mucho este primer capitulo,
    y junto con ese tremendo prologo...
    algo me dice que este va a ser un libro genial.
    continua adelante amiga!!!
    yo voy a estar aqui siempre =)

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  2. ahhh me encantoo bel es hermoso y m dejo con ganas de mas segui asi hermosa que te va a ir muy bien te amo nena :) valee

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  3. Hola!!!!

    Me ha gustado muchísimo!! Estoy ansiosa por seguir leyendo.
    ¿Por qué no querría Ben divorciarse? Si se ha casado por conveniencia ahora podría separarse, no??
    Lo peor de todo es que este tipo de bodas suele darse muy amenudo.
    Te casas con alguien que no quieres, que no conoces e incluso que odias por petición de tus padres (En este caso de la víbora de su madre!). Esa mujer me ha puesto de los nervios!!

    Bueno, la verdad es que tengo un poco de prisa. Siento no poder dejarte un comentario más largo.

    Muchísima suerte con tu blog!!
    Un beso gigantesco!!!!!!

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  4. Oh Mi belen hermosa, Esta estupendamente estupendo maravilloso hermoso! Me encantó, encerio, continualo pronto. Me encanta como escribes y como lo narraste, Te amo amiga!!

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  5. Oh, mi linda Lluvia.

    Me encanto, la historia. Tiene mucha realidad, imprensa en esos dialogos. No es una ficción mas. Sino un drama perfectamente veridico.
    Besos, mi niña, Serena, pasara a seguir leyendote, cuando subas mas.Esta excelente.

    cuidate. Serena Cullen.

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  6. Me encanta Belén!! Felicidades :D
    la verdad es que promete... :D

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  7. Se suponía que había dejado un comentario aquí...

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  8. me encanta luuvia!!

    es muy atrapante y escribis hermosooo!!

    la argentina tiene talento ;)

    jeje xD

    besos! Ayito,,

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  9. mas fome la kgaaaa ...............

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